martes, 9 de febrero de 2010

SI POR UN INSTANTE...

  Si por un instante Dios me regalara un trozo de vida,
 posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en
definitiva pensaría todo lo que digo...
Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan.
Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada
minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta
segundos de luz. Andaría cuando los demás se
detienen, despertaría cuando los demás duermen.
Escucharía cuando los demás hablan y cómo disfrutaría
de un buen helado de chocolate!
Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría
sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando
descubierto, no solamente mi cuerpo, sino mi alma.
Dios mío si yo tuviera un corazón, escribiría mi odio
sobre el hielo, y esperaría a que saliera el sol.
Pintaría con un sueño de Van Gogh sobre las estrellas
un poema de Benedetti, y una canción de Serrat sería
la serenata que les ofrecería a la luna.
Regaría con mis lágrimas las rosas, para sentir el dolor de sus
espinas, y el encarnado beso de sus pétalos...
Dios mío, si yo tuviera un trozo de vida...
No dejaría pasar un sólo día sin decirle a la gente que
quiero, que la quiero. Convencería a cada mujer u
hombre que son mis favoritos y viviría enamorado del
amor.
A los hombres les probaría cuán equivocados están al
pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin
saber que envejecen cuando dejan de enamorarse! A un
niño le daría alas, pero le dejaría que él solo
aprendiese a volar. A los viejos les enseñaría que la
muerte no llega con la vejez, sino con el olvido.
Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres...
He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la
cima de la montaña, sin saber que la verdadera
felicidad está en la forma de subir la escarpada.
He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su
pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo
tiene atrapado por siempre.
He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar
a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse.
 Son tantas cosas las que he podido
aprender de ustedes, pero realmente de mucho no habrán
de servir, porque cuando me guarden dentro de esa maleta,
infelizmente me estaré muriendo.
Siempre di lo que sientes y haz lo que piensas.
Si supiera que hoy fuera la última vez que te voy a ver
dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría al Señor
para poder ser el guardián de tu alma.
Si supiera que esta fuera la última vez que te vea salir por la
puerta, te daría un abrazo, un beso y te llamaría de
nuevo para darte más. Si supiera que esta fuera la
última vez que voy a oír tu voz, grabaría cada una de
tus palabras para poder oírlas una y otra vez
indefinidamente. Si supiera que estos son los últimos
minutos que te veo diría ¨te quiero¨ y no asumiría,
tontamente, que ya lo sabes.
Siempre hay un mañana y la vida nos da otra
oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me
equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría
decirte cuanto te quiero, que nunca te olvidaré.
El mañana no le está asegurado a nadie, joven o viejo.
Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas.
Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si el mañana
nunca llega, seguramente lamentarás el día que no
tomaste tiempo para una sonrisa, un abrazo, un beso y
que estuviste muy ocupado para concederles un último
deseo. Mantén a los que amas cerca de ti, diles al
oído lo mucho que los necesitas, quiérelos y trátalos
bien, toma tiempo para decirles lo siento,
perdóname, por favor, gracias y todas las
palabras de amor que conoces.
Nadie te recordará por tus pensamientos secretos.
Pide al Señor la fuerza y sabiduría para expresarlos.
Demuestra a tus amigos cuanto te importan.

GABRIEL GARCIA MARQUEZ

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